Dentro de la comunicación
verbal se distinguen dos grandes dimensiones: oral y escrita, cada una de las
cuales puede estudiarse, a su vez desde la perspectiva de la comprensión o de
la expresión, por lo que en definitiva, se identifican cuatro importantes
habilidades comunicativas que se suelen ordenar según un principio de
complejidad creciente y de acuerdo con la secuencia natural en el dominio de
las mismas. Se trata de:
a. La
comprensión oral, que implica la capacidad para la identificación de signos y
su asociación con los correspondientes significados.
b. La
expresión oral, en la que es necesaria también la habilidad de articulación de
sonidos.
c. La
comprensión lectora, en la que además de las habilidades anteriores se precisa
la correspondiente a la identificación de signos y su asociación con los
significados.
d. La
expresión escrita, en la que las habilidades anteriores se agrega la del
trazado de los signos gráficos.
En términos generales, la dimensión
escrita de la comunicación verbal se caracteriza por la utilización de signos
gráficos. De manera más específica, se
diferencia de la oral en los siguientes aspectos:
a) Por
la mayor permanencia del mensaje escrito en el tiempo y en el espacio.
b) El
lenguaje oral se caracteriza por una constante e intensa presencia ambiental. Sin embargo, el uso del lenguaje escrito es
mucho más restringido, proyectándose de manera predominante en el terreno de
las relaciones formales (laborales, administrativas…).
c) El
lenguaje escrito constituye un elemento básico para el conjunto de los aprendizajes
escolares. La lectura y la escritura son imprescindibles en la mayoría de
tareas escolares y en gran medida, determina el éxito o fracaso en las mismas.
d) El
lenguaje oral tiende a complementarse con el gestual, movimiento y mirada.
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